martes, 13 de agosto de 2013

Sobre la Guerra Popular, Clausewitz y Mao (1ª entrega de 4)


 
 
Traducido por SADE para ODC



4. T. Derbent: Clausewitz, Mao y el maoísmo


Clausewitz, uno de los más célebres escritores de filosofía e historia de las guerras (...) un escritor que ha estudiado la historia de las guerras y sacado las enseñanzas filosóficas de esta historia inmediatamente después de la época de las guerras napoleónicas. Este escritor, cuyos pensamientos fundamentales son en la actualidad patrimonio imprescindible de todo hombre que piense”

 

Lenin, La guerra y la Revolución (1)


1 Prefacio


"A un prefacio se le podría dar el título de ‘pararrayos’.”

 

Georg Christoph Lichtenberg


La publicación de mi Clausewitz y la guerra popular en 2004 dejaba abiertos, debido a la falta de documentación, diversos campos de investigación. El más importante se refería a la posible influencia de Clausewitz sobre Mao Tse Tung así como sobre otros teóricos y practicantes de la guerra popular prolongada de tipo maoísta (2). El presente estudio pretende llenar ese vacío. En 2008-2009, tras una crítica de mi ensayo, me embarque en una polémica sobre las relaciones entre Mao y Clausewitz. Debo admitir, sin vergüenza, la conclusión errónea a que había llegado:debo señalar que he visto tres veces afirmar que Mao había leído a Clausewitz (3). En primer lugar, en el Diccionario de estrategia de Thierry de Montbrial y Jean Klein; más tarde, en un estudio de R. Lynn Rylander; y, finalmente, en un artículo mucho más ligero de Arthur Conte. En ninguno de los casos hay indicio positivo alguno que sirva de apoyo a semejante afirmación. Rylander mismo sólo puede “deducir” la lectura de Clausewitz por Mao mediante una comparación de los análisis. Pero el argumento de que las mismas situaciones dictan análisis semejantes es moderadamente convincente. Rylander evoca, entre las tesis que Mao habría ido a “buscar” en Clausewitz, el vínculo entre la guerra y su matriz social, la primacía del hombre, la primacía de la política y el método dialéctico, pero, realmente, Mao Tse Tung no necesitaba leer a Clausewitz para concebir y desarrollar todo esto, y la proximidad de las fórmulas no es convincente. Sigo creyendo que la doctrina de guerra popular prolongada se forjó con independencia de cualquier influencia directa del pensamiento de Clausewitz. Mao no tenía de Clausewitz más que un vago conocimiento de segunda mano. La influencia de Clausewitz en el leninismo fue el modo en que Mao recibir su influencia.” (4)  De hecho, como veremos en las páginas que siguen, la influencia directa de Clausewitz en Mao ha quedado firme y definitivamente demostrada. Así que debo pedir disculpas a mis escasos lectores –en especial a aquellos, más escasos aún, que me hicieron el honor de creerme.


2. Clausewitz y Mao Tse Tung


2.1. Introducción

 

Durante decenios, la discusión sobre la eventual lectura de Clausewitz por Mao se basó exclusivamente en el estudio comparado de las ideas. Las más altas autoridades clausewitzianas, como Werner Hahlweg y Raymond Aron, se ciñeron a este método hipotético y especulativo. Con ocasión de la polémica de 2008-2009, yo mismo me limité a este método. Sin embargo, ya en 1995, en una tesis en filosofía presentada en Alemania, un investigador de la República Popular, Zhang Yuan Lin (5), había demostrado de hecho que Mao había leído a Clausewitz. La única excusa de mi ignorancia es que esta tesis había sido publicada confidencialmente, en alemán por supuesto, por la Universidad de Mannheim. El trabajo de Zhang Yuan Lin es relativamente tardío porque los documentos que arrojan luz sobre la cuestión sólo se hicieron públicos en China a finales de los años 80 (6).

 

Lejos de limitarse a inventariar las referencias y a enumerar su contenido, Zhang Yuan Lin se consagró al estudio de las ideas y llevó a cabo el análisis por el que abogaba Raymond Aron desde los años 70 (7): la identificación de las citas de Clausewitz en los textos de Mao, comparándolas con las ediciones chinas de Vom Kriege. El presente artículo –el lector ya se lo habrá imaginado- bebe en gran medida de la tesis de Mannheim. Los nombres de personas se transcriben en chino pinyin (Mao Zedong y no de Mao Tse Tung) [En la traducción castellana de ODC usaremos “Mao Tse Tung”, por ser más familiar a la tradición hispano parlante. Nota de ODC] y los topónimos en pinyin romanizado (Pekín y no Beijing); en caso de confusión, a la versión empleada le seguirá la otra entre corchetes; las citas se reproducirán en su propia transcripción.


2.2. Mao, lector de Clausewitz


En 1986 aparece en chino, en Pekín, la selección de textos Lecturas de Mao Tse Tung (8). En este libro, el antiguo secretario de Mao, Gao Lu, evoca la lectura de Clausewitz por Mao mencionando un documento que se publicará en su totalidad –siempre en chino- en 1988 en las Notas de Mao Tse Tung para los trabajos filosóficos (9): la agenda en que Mao relacionaba sus lecturas.

 

Mao escribió en ella que había comenzado Vom Kriege en 18 de marzo de 1938. Lee unas pocas decenas de páginas al día (señal de una lectura atenta): el 1 de abril, última página que tenemos de dicha agenda, está en la página 168.

 

La minuciosa investigación de Zhang Yuan Lin ha permitido identificar la edición China de Vom Kriege (entre las cuatro posibles) que leyó Mao en 1938. Se trata de la de Liu Jo Shui publicada en dos volúmenes, en 1934, en Shanghai por la editora Xinken. Ahora bien, esta traducción no se realizó a partir del texto alemán sino de la edición japonesa de Vom Kriege. Es fácil entender que el filtro de las sucesivas traducciones pudo desdibujar las referencias puesto que, para rematar la situación, si los dos primeros volúmenes de la edición japonesa fueron traducidos del original alemán, los seis últimos lo fueron a partir de... la traducción francesa.

 

Para Zhang Yuan Lin, no cabe la menor duda de que esta lectura prosiguió y llegó a su fin, sobre todo porque, poco después, Mao organizó y dirigió un seminario en Yenan sobre Vom Kriege (10). Entre los participantes en dicho seminario, que se reunían una vez a la semana en la vivienda de Mao, se encontraban varios de los principales responsables político-militares del Ejército Rojo, como Xiao Jinguang (11) o Luo Ruiqinq (12).

 

Al principio de la guerra antijaponesa, Zhu En Lai había llamado a Fu Daqing (13) para que ejerciera de intérprete de los asesores militares soviéticos. Viendo que Mao se lamentaba de no disponer de una buena traducción de Vom Kriege, Fu se propuso traducirla del ruso al chino. Su trabajo fue considerado como “la mejor traducción del texto en China” por Chu Te, que había estudiado en Alemania y era jefe del estado mayor general del Ejército Rojo. Varios capítulos, como el Punto culminante de la victoria (capítulo V, libro VII) o La guerra es un instrumento de la política (capítulo 6B, libro VIII), se publicaron previamente en la revista Masas Populares y, entre julio de 1939 y agosto de 1941, la prensa político-militar comunista publicó artículos y folletos sobre Clausewitz y Vom Kriege, documentos de los que Zhang Yuan Lin hace un impresionante inventario.

 

Antes de su lectura de 1938, Mao se había sido enfrentado a Clausewitz de varias maneras. En primer lugar por lo bien que de él hablaba Lenin. Luego, por los estudios militares chinos modernos, directamente influidos por Clausewitz. Jiang Jieshi [Chiang Kai-shek] se reclamaba clausewitziano (14), al igual que Jiang Baili, que había dirigido la Academia militar de Huangpu (15). Los asesores militares alemanes que dirigían el ejército del Kuomintang estaban familiarizados con Clausewitz, los había incluso fervientes clausewitzianos, empezando por su jefe, el coronel general Hans von Seeckt. De todo ello se derivaba una profunda huella de las tesis de Clausewitz en las formaciones y reglamentos militares del Kuomintang... que eran estudiados con todo detalle por los cuadros del Ejército Rojo. Los comunistas que habían estudiado en Europa y en la Unión Soviética también habían podido tener conocimiento de Clausewitz, sin olvidar el caso de Otto Braun, consejero militar de la Internacional Comunista ante el PCCh, que era un gran clausewitziano: tras la guerra escribió un buen estudio sobre la influencia de Clausewitz en Lenin (16).

 

Zhang Yuan Lin cree encontrar una influencia de las tesis de Clausewitz en el ensayo de 1936 titulado Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria en China. En una conferencia dada el 13 de marzo de 1961 en Cantón, Mao dijo que, para este ensayo, que es su primer gran escrito militar, había estudiado la ciencia militar burguesa. En el capítulo sobre Defensiva estratégica se encuentra este pasaje: Ningún teórico o práctico militar del pasado ha negado jamás que es éste el principio que en la etapa inicial de la guerra debe adoptar un ejército débil en sus operaciones contra un ejército fuerte. Un experto militar extranjero ha dicho que en las operaciones estratégicamente defensivas, por regla general, se evita al comienzo la batalla decisiva en condiciones desfavorables y se la busca sólo cuando las condiciones se han vuelto favorables. Esto es totalmente correcto, y nada tenemos que agregar.” (17) Se trata de una tesis típicamente clausewitziana contra el culto a la ofensiva que reinaba por todas partes, que aparece expuesta en el capítulo Retirada hacia el interior del país (18). El famoso experto militar extranjero es pues, si no Clausewitz, al menos uno de sus discípulos. Zhang Yuan Lin señala igualmente otras correspondencias de ideas o de expresión que podrían indicar una influencia de Clausewitz en Mao antes de la lectura de Vom Kriege en 1938. No nos referiremos aquí a todas ellas, limitándonos a remitir al lector a la tesis de Mannheim (19).


2.3. Clausewitz en De la guerra prolongada


Poco tiempo después de haber estudiado Vom Kriege y organizado el seminario sobre Clausewitz, Mao escribió, aún en Yenan, del 26 de mayo al 03 de junio de 1938, un ciclo de conferencias que se convertió en mayo de 1938 en un texto clásico de la política militar marxista-leninista:
Sobre la guerra prolongada.

 

El capítulo Guerra y Política se abre, en el punto 63, con una cita de la que no se menciona el autor: “La guerra es la continuación de la política” (20). La cita es, por supuesto, de Clausewitz (21) pero esta alusión nunca fue suficiente hasta la fecha para demostrar la lectura de Clausewitz por Mao al haber sido evocada ya antes por Lenin (22). La cita se menciona de nuevo, más completa, en el punto 64: “La guerra es la continuación de la política por otros medios” (23).

En el mismo capítulo, Mao escribe: la guerra no puede separarse ni un solo instante de la política. Toda tendencia entre los militares antijaponeses a menospreciar la política, aislando la guerra de ella y abogando por la idea de que la guerra es algo absoluto, es errónea y debe ser corregida.” (24) La crítica de la concepción de “la guerra como algo absoluto” es una fórmula de Clausewitz. No se trata sólo de una comunidad de ideas, sino también de una comunidad de expresiones, de redacción, según el análisis de Zhang Yuan Lin.

En el capítulo Objetivo de la guerra (25) escribe Mao: El objetivo de la guerra no es otro que “conservar las fuerzas propias y destruir las del enemigo” (destruir las fuerzas enemigas significa desarmarlas o “privarlas de su capacidad de resistencia”, y no significa aniquilarlas a todas físicamente) (...) Hay que señalar que, dentro del objetivo de la guerra, la destrucción de las fuerzas enemigas es lo principal, y la conservación de las fuerzas propias, lo secundario, porque sólo se puede conservar eficazmente las fuerzas propias destruyendo en gran número las del enemigo.” Este pasaje contiene dos citas sin referencia y la diferencia de redacción (acentuada aquí por la pantalla adicional de la traducción francesa) ha impedido la identificación durante mucho tiempo. Por la comparación del texto de Mao con la redacción de la traducción de Vom Kriege llevada a cabo por Liu Jo Shui, Zhang Yuan Lin ha podido demostrar que Mao citaba directamente a Clausewitz: “Se debe destruir la fuerza armada del enemigo, es decir –y entiéndase en este sentido siempre que empleemos esta expresión-, que se le debe reducir a una situación tal que no pueda continuar la lucha. (…) la conservación de la fuerza armada de que disponemos constituye, naturalmente, el corolario de la destrucción de la fuerza armada del enemigo” (26) [Retraducción de ODC. Nota de ODC]. De este modo, sobre la cuestión de los objetivos de la guerra (que son objetivos políticos), Clausewitz y Mao están muy próximos: destruir las fuerzas enemigas y conservar las propias, objetivos intrínsecamente vinculados, de los que el primero es el principal y el segundo secundario. En cuanto al fondo, sin embargo, le parece a Zhang Yuan Lin que Mao insiste más en la conservación de sus [propias] fuerzas. No obstante, el abandono de la República soviética china de Kiang-si [Jiangxi] para emprender la Larga Marcha, decisión tomada antes de que Mao dirigiese el PCCh, se encuentra descrita de antemano en un análisis de Clausewitz que Zhang Yuan Lin no ha señalado: Mi idea es que se debe sacrificar totalmente un Estado que se no puede defender, con el fin de salvar su ejército. Por eso, entre las tropas que ese Estado pueda poner en pie, selecciono un ejército bien organizado de cincuenta a sesenta mil hombres cuya conservación durante toda la guerra será mi preocupación dominante, un ejército que representará para mí el reino que haya perdido y que, si es capaz de mantener cierta fuerza hasta el final de la guerra, será siempre para mí una letra de cambio bien garantizada, que podré presentar contra la restitución de mi reino, de modo tanto más completo cuanto más formidable sea ese ejército.” (27) [Retraducción de ODC. Nota de ODC].

Otra influencia directa de Vom Kriege en Sobre la guerra prolongada es el hecho de resaltar el concepto de “probabilidad”. Mao: “Admitimos que el fenómeno de la guerra es más inasible y ofrece menos certidumbre que cualquier otro fenómeno social, en otras palabras, que es en mayor grado una cuestión de “probabilidad” (28). Mao pone el término “probabilidad” entre comillas y el término que utiliza es el de la traducción de Liu Jo Shui. Tanto el término como el concepto aparecen en el discurso de Mao por primera vez en este momento  justo después de su lectura de Vom Kriege. Su aplicación en el ámbito de la teoría militar era nueva y llamativa para China, lo cual explica su uso entre comillas. Clausewitz escribía: “no se puede basar en el pretendido rigor absoluto de cálculos matemáticos la dirección de una guerra; además, una vez comenzada, ésta se desarrolla a través de una red de contingencias, probabilidades, de buena y mala suerte, que extiende sus mallas por todas partes” (29) [Retraducción de ODC. Nota de ODC].

 

Este concepto de probabilidad es importante. Clausewitz y Mao sobresalen ambos en la dialéctica entre el desarrollo teórico, guía de una acción decidida y razonada, y la parte que se le reconoce a lo imprevisible, al azar, a la “bruma de la guerra”. A través de sus rigurosos trabajos teóricos, se oponen a los subjetivistas y los empíricos; pero teniendo en cuenta la imprevisibilidad, se oponen a los dogmáticos alejados de la realidad viva (Clausewitz contra Bülow, Mao contra los “28 bolcheviques”).

 

La invocación del azar en la teoría de la guerra de Clausewitz fue caricaturizada burdamente como confesión de ignorancia del pensamiento burgués. Así, en la URSS, se escribía: “Son muchos los teóricos militares burgueses –incluido Clausewitz- que han negado la existencia de leyes objetivas de la guerra y del arte militar, alegando que es el azar de las fuerzas elementales el que opera en este ámbito.” (30) Ahora bien, ante un cierto grado de complejidad y de falta de información, afirmar que una decisión debe basarse en las probabilidades no es en absoluto antimarxista.

 

Un mando que debe luchar contra un mando enemigo sabe que una parte de las reflexiones de éste se le escapan. Ahora bien, estas reflexiones determinarán su reacción y prever la probable reacción del enemigo es importante. La parte de incertidumbre no se limita a las reacciones del mando enemigo, se extiende a muchos otros factores, tales como la combatividad de las unidades (amigas y enemigas). A esto se suman todos los pequeños azares inseparables de la batalla, como una orden que no llega a su destinatario.

 

Algunos elementos pueden preverse casi con total seguridad, otros pueden aclararse por medio de las probabilidades, otros están, a falta de información suficiente, fuera del alcance de un análisis predictivo. La comparación de Clausewitz entre la guerra y el juego de cartas es clara: el estratega debe tomar decisiones sobre la base de un triple haz de informaciones conocidas (sus propias cartas, por ejemplo), deducidas (el modo en que juega el rival, por ejemplo) e ignoradas (el orden de las cartas en el montón, por ejemplo). El ejercicio concreto de la estrategia y la táctica pasa por medir la parte de incertidumbre (tras haberla reducido al máximo por medio del estudio y la información) y prever márgenes de maniobra para precaverse contra ella. Al señalar la parte de incertidumbre, Clausewitz no niega la existencia de leyes, por el contrario: formula una que Mao supo entender.

 

Otra referencia directa de Mao a Clausewitz, oculta hasta ahora por las libertades que se tomó Liu Jo Shui en su traducción, se encuentra en el capítulo La iniciativa, la flexibilidad y el plan de acción. Donde Clausewitz escribió “en un ámbito tan peligroso como la guerra, los errores nacidos de los buenos sentimientos son los peores” (31), Liu Jo Shui traduce y adapta: “en las cosas peligrosas como la guerra, los errores que, como el del príncipe Siang de Sung, surgen de la amabilidad, son sencillamente los peores.” El ejemplo del príncipe Siang de Sung es por supuesto un añadido de Liu Jo Shui. Y Mao escribe: “No somos el príncipe Siangkung del Estado de Sung y no nos interesa su estúpida ética...” (32) [Todas las citas, excepto la última son retraducciones de ODC. Nota de ODC].

 

La profunda influencia de Clausewitz sobre Mao Tse Tung está indiscutiblemente demostrada por las investigaciones de Zhang Yuan Lin, quien sólo ha examinado (ciertamente de modo sistemático) los documentos disponibles. Ahora bien, muchos telegramas, cartas, discursos, notas, etc., de Mao no han sido publicados todavía. En el futuro podrían, por lo tanto, surgir nuevas informaciones sobre la relación de Mao con Clausewitz.

 

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Notas

 

(1) Ver Obras Completas, París-Moscú, 1961, vol. 24, pp. 408-409. Salvo indicación en otro sentido, todas las notas son del autor.

(2) Solamente se pudo abordar desde entonces el estudio sobre las relaciones entre Clausewitz y Giap, en 2006, gracias a la publicación en 2005 de las Memorias del general Giap.

(3) Mi ensayo fue duramente criticado por el Partido Comunista Marxista-Leninista-Maoísta (Francia), en ¿Clausewitz o Mao Tse Tung? (publicado en Révolution  n° 4, diciembre de 2008) y en “El papel de la Francia napoleónica en la génesis del nazismo (para terminar con Clausewitz)” (publicado en Révolution  n° 10, abril de 2009).

(4) En mi descargo, la tesis de mis oponentes eran aún peor, al rechazar cualquier comunidad de ideas entre Clausewitz y Mao.

(5) Mao Zedong und Carl von Clausewitz: Theorien des Krieges, Beziehung, Darstellung und Vergleich.  Inauguraldissertation zur Erlangung des akademischen Grades eines Doktors der Philosophie der Universität Mannheim. Mannheim, 1995.

 (6) En 1988, Zhang Yuan Lin publicó en Pekín un estudio sobre la influencia de Clausewitz en China en los Anales de ciencias militares.

 (7) No sé si Mao Tse Tung leyó o estudió a Clausewitz (...) habría que remitirse a los caracteres chinos para ver si se corresponden con los que utilizan o habrían utilizado los traductores de Clausewitz”. Raymond Aron, Clausewitz - Libro segundo: La edad planetaria. NRF, Biblioteca de ciencias humanas, Ediciones Gallimard, París, 1976, página 103.

(8) Jiong Yuzhi, Jiang Xiaozhi y Shi Zhongquiuan, Lecturas de Mao Tse Tung, Ediciones Sanlian, Pekín, 1986.

(9) Obra publicada por la Oficina de investigación del Comité Central del Partido Comunista chino.

(10) Mao impartió, por lo menos, dos cursos a los estudiantes del “Instituto de investigación para la Guerra de Resistencia contra el Japón”, en 1938: este seminario sobre Vom Kriege y un seminario sobre cuestiones filosóficas. Numerosos escritos de Mao son el resultado de estas conferencias. Para el seminario sobre Vom Kriege, además de la ya citada edición de Shanghai de 1934, Mao habría utilizado como material pedagógico una publicación de 1937 de la Academia militar del Kuomintang que contenía la traducción de Clausewitz del profesor Sijing, que había estudiado en Alemania.

(11) Miembro del PCCh en 1922, estudió en la Universidad de Oriente de Moscú; oficial del Ejército Nacional Revolucionario, participó en la Expedición del Norte; volvió a la Unión Soviética entre 1927 y 1930 para estudiar temas militares. Asumió las más altas responsabilidades militares en el Ejército Rojo, participando en la Larga Marcha y comandando durante la guerra antijaponesa el 8º Ejército de Ruta. Contra el Kuomintang, liberó Pekín y China central. De 1949 a 1979, dirigió la marina china.

(12) Miembro del PCCh en 1928. Asumió diversas funciones dirigentes en el Ejército Rojo, incluida, en especial, la formación de cuadros. Después de 1948, fue nombrado Ministro de Seguridad Pública y miembro de la Comisión Militar Central. Participó en la guerra de Corea. Fue nombrado jefe del estado mayor general del EPL, pero fue apartado de esta función en 1965 a raíz de un desacuerdo con Mao y Lin Piao. Criticado violentamente durante la Revolución Cultural, intentó suicidarse. Rehabilitado por Mao en una reunión de la Comisión Militar Central en 1975, volvió a desempeñar altas funciones.

(13) Miembro del PCCh en 1924. Estudió en la Universidad de Oriente de Moscú y trabajó para el gobierno de Sun Yat Sen en Cantón como traductor de Mijail Borodin. Miembro de la Academia militar de Huangpu, participó en la Expedición del Norte. Después de una estancia en el extranjero, participó en la guerra antijaponesa en el 8º Ejército de Ruta. En junio de 1941, fue enviado por el Comité Central del PCCh en misión a Pekín. Detenido por la policía militar japonesa, fue ejecutado.

(14) Jiang Jieshi [Chiang Kai-shek] escribió un artículo sobre Clausewitz en que reconocía que Vom Kriege había sido una de sus principales influencias e instaba a todos los cuadros del Kuomintang a estudiarlo. Clausewitz habría influido sobre la línea militar del Kuomintang en la guerra contra Japón (retirada a lo más profundo del territorio, etc.).

(15) La Academia militar de Huangpu fue fundada por Sun Yat Sen en 1924 cerca de Cantón. Miles de estudiantes siguieron las enseñanzas impartidas, sobre todo, por asesores soviéticos y constituyeron los cuadros del Ejército Nacional Revolucionario, que dirigió la Expedición del Norte. Muchos cuadros militares comunistas, empezando por Lin Piao, se formaron allí. Tras la ruptura entre el Kuomintang y el PCCh, la escuela se trasladó a Nankín.

(16) Este estudio se publicó como prefacio a las notas de Lenin sobre Clausewitz: W. I. Lenin, Clausewitz’ Werk “Vom Kriege” - Auszüge und Randglossen - Mit Vorwart und Anmerkungen von Otto Braun - Verlag des Ministeriums für Nationale Verteidigung, Berlín, 1957. El facsímil de este folleto fue publicado como anexo a la edición alemana de Clausewitz y la guerra popular (Clausewitz und der Volkskrieg, Zambon Verlag, Frankfurt, 2013).

(17) Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria en China, en Escritos militares de Mao Tse Tung, Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1964, página 124.

(18) De la guerra, libro IV, capítulo 25, Ediciones Gérard Lebovici, París, 1989, páginas 655-669.

(19) Zhang Yuan Lin, und Mao Zedong und Carl von Clausewitz, op. cit. Páginas 30-33.

(20) Sobre la guerra prolongada en Escritos militares de Mao Tse Tung, Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1964, página 259. [N. del E.: también publicado en Clarté Rouge n° 3 (noviembre de 2012), página 56].

(21) De la guerra, libro I, capítulo 1, página 51.

(22) El colapso de la Segunda Internacional, Ediciones sociales, Ediciones du Progrès, París-Moscú, 1971, p. 23.

(23) Sobre la guerra prolongada, página 260. [N. del E.: Clarté Rouge n° 3, página 56].

(24) Sobre la guerra prolongada, página 260. [N. del E.: Clarté Rouge n° 3, página 56]. (25) Sobre la guerra prolongada, página 263. [N. del E.: Clarté Rouge n° 3, página 58].

(26) De la guerra, libro I, capítulo 2, páginas 55-56 y 68.

(27) Extracto de una memoria escrita probablemente entre noviembre de 1807 y marzo de 1808, véase Clausewitz, De la revolución a la restauración - Escritos y cartas, edición de Marie-Louise Steinhauser, NRF Gallimard, París, 1976, página 241. También fue ésta la decisión tomada por Tito cuando evacuó la República soviética de Užice en 1941.

(28) Sobre la guerra prolongada, página 273. [N. del E.: Clarté Rouge n° 3, página 63].

(29) De la guerra, libro I, capítulo 1, página 48.

(30) Lenin y la ciencia militar, obra colectiva escrita bajo la dirección de V. Zakharov, Editorial Progreso, Moscú, 1967, páginas 195-196.

(31) De la guerra, libro I, capítulo 1, página 34.

(32) Sobre la guerra prolongada, página 276. [N. del E.: Clarté Rouge n° 3, página 65]. Aquí de nuevo, debo señalar que las traducciones francesas añaden una doble pantalla entre la redacción de Vom Kriege y la de Sobre la guerra prolongada.

 
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